El otro día en la capital francesa llegó a su fin el llamado "Tour de las Ovejas".
Se informa que durante doce días un rebaño entero de ovejas y carneros caminó por el territorio de París bajo el control de dos hábiles pastores. Y debo decir que la caminata "rizada" no fue sin rumbo: los animales arrancaron la hierba, nivelando así los céspedes y áreas de la ciudad con arbustos.
Se sabe que estas "giras" fueron organizadas por las autoridades de París con el apoyo de la organización pública "City Shepherds". El propósito de una acción tan inusual era demostrar los beneficios obvios de las ovejas en entornos urbanos.
Cabe señalar que el concepto de mantener ovejas en las grandes ciudades implica la creación de micro granjas que permitirán al mercado producir carne y lana producidas localmente a un precio asequible. Además, las ovejas pueden participar en el proceso de mejora de la infraestructura de la ciudad podando plantas en céspedes parisinos, en plazas y áreas de parques.
El Sheep Tour tenía la intención de ser una evidencia adicional de que las ovejas son excelentes ayudantes en el cuidado de la vegetación urbana. Como parte del recorrido, los animales recorrieron alrededor de ciento cuarenta kilómetros.
El inicio del movimiento ovino tuvo lugar en las cercanías de París, en la ciudad de Saint-Saint-Denis. Ovejas bien alimentadas y cansadas terminaron en el parque Trocadero de París, cerca de la Torre Eiffel.
Dos voluntarios y funcionarios encargados de hacer cumplir la ley ayudaron a dos pastores a controlar el progreso de las ovejas. Juntos, no permitieron que las ovejas pelearan contra los rebaños y se movieran armoniosamente en los cruces peatonales y en los bordes de las carreteras.